NO ERES TU CÁNCER

Recuerda esto: eres una persona que tiene o ha tenido cáncer. Tú NO ERES, y NUNCA SERÁS, la enfermedad en sí.

Aunque, a veces, puede parecer que este infame tiene control total sobre tu vida, no te dejes engañar. Eres la misma persona que eras antes de que algunas mutaciones celulares rebeldes intentaran asesinarte. No pierdas la perspectiva.

Haz pequeñas cosas para mantenerte conectado con quien eres. Pon tus canciones favoritas, visita a tus personas favoritas, reserva tu restaurante favorito y charla sobre tus series favoritas.

Tú eres el que está a cargo. Y, como tomador de decisiones, no tienes que hacer nada que no quieras hacer.  Mantener el control de tu atención es una forma de empezar a demostrarle a este infame quién manda. Así que haz un plan y recuerda que el resto del tiempo es tuyo para hacer lo que tú quieras. Tu vida, tus reglas.